En París, a 14 de agosto de 1793
Excelentísimo señor:
He de comunicarle que el 13 de julio de este mismo año, 1793, Jean–Paul Marat, revolucionario francés, fue asesinado por la revolucionaria girondina Charlotte Corday. Los hechos ocurrieron de la siguiente manera:
Mientras el diputado disfrutaba de un baño para poder aliviar los picores que su enfermedad cutánea le producía (pues el hombre padecía de viruela), al otro lado de la calle en la que se encontraba su residencia, un coche se paró y de él bajó la joven Charlotte Corday, dispuesta a entrar en la morada de Marat. Según me informó la portera del edificio, Charlotte insistió en pasar a la casa, pero ésta se lo impidió; a pesar de todo, la muchacha consiguió librarse de ella y pudo subir hasta su piso. Una vez allí, el ama de llaves de Marat, Albertine, se vio inmersa en una situación similar a la que había protagonizado Charlotte con la portera, solo que esta vez el propio Marat (que estaba al corriente de todo lo que ocurría en la puerta) ordenó a su ama de llaves que le dejara pasar. Según las declaraciones que hizo la propia Charlotte, la situación de la habitación era la siguiente: sobre la bañera y mal colocado, había un tablero cubierto de papeles, cartas abiertas y escritos comenzados. El propio Marat sostenía en una de sus manos un escrito a medio redactar, el cual resultó ser una carta a la Convención, que dejó sobre ese mismo tablero en el momento en que la joven apareció en la habitación. Tras una conversación sobre la situación en Normandía y los refugiados en Caen, un comentario de Marat, en el cual mencionó que todos aquellos sujetos nombrados por la joven acabarían guillotinados en menos de una semana, hizo que Charlotte no soportara más a ese hombre: con gran precisión le hundió el cuchillo que llevaba en la mano en su corazón, pues tomó aquel comentario como el paso que necesitaba para convencerse a sí misma de que, según las propias palabras de la imputada, “ese hombre debía morir”. La joven también declaró que el diputado, sorprendido, exclamó “¡A mí, mi querida amiga!”, las cuales fueron sus últimas palabras.
Detuvimos a Charlotte al poco tiempo de cometerse el asesinato y la trasladamos a la Abbaye, donde procedimos a realizarle un interrogatorio, gracias al cual hemos podido conocer la información sobre el crimen, contada anteriormente. La joven fue ejecutada el pasado 17 de julio.
Firmado: Jefe del cuerpo de policía de París.